Bromance

Nunca pensé que iba a llegar este momento pero al fin llegó. El sábado por la noche, charlando con mis amigas surgió una idea al principio absurda, que invadió mi cabeza. Y ahí mismo fue que lo dije: “Creo haber encontrado el patrón.” “¿Qué patrón?” “El de por qué los hombres me gustan”.



Lentamente, hice una lista mental de todos los hombres de mi vida (sin número) y me di cuenta que estaba ante un gran descubrimiento. Me atraen los hombres que me dan vergüenza ajena.

Que quede claro que esto no quiere decir que cada nabo que ande haciendo pavadas por el camino merece mi admiración. Pero sí es verdad que encuentro una atracción física incontrolable ante ciertas cuestiones, que en principio me dan un poco (por no decir bastante) de vergüenza ajena.

Caso 1:
Espero que recuerden mi anterior nota contando cuáles son los requisitos para un futuro candidato. Si no es así, ¡LÉANLO YA! De todas maneras, me gustaría agregar algo: el pibe que baila bien, resta. Y resta muchos puntos. Me cae mucho mejor el que está con sus amigos en un boliche y hace payasadas, antes que el bobalicón con jean ajustado que pretende ser bailarín de salsa. Paso. Eso me da mucha vergüenza ajena, pero dadas las circunstancias, eso puede llegar a ser letal para mis confundidos sentimientos.

Caso 2:
Me encantaría poder dar nombres y apellidos, pero por razones obvias ni loca los doy. El tema es que conocí a un chico que no usaba ropa interior. Me daba un poco de asco, qué quieren que les diga. Y no solo eso, si no que era una persona que le gustaba comentar, para decirlo finamente, cómo iba de cuerpo. La verdad es que la combinación “bidet + no ropa interior” fue demasiado para mí, pero de todas maneras no pude controlar mis instintos.

Caso 3: la suciedad espanta.
O así debería ser. Conozco un caso muy sucio, lo que llamaríamos “un hippie pulgoso cualquiera”. En situaciones normales uno cruzaría la calle para no tener cerca un esperpento semejante. En mi caso, juro que lo intenté, pero no hubo caso.

Podría seguir caso tras caso eternamente, pero ese no es el eje de la cuestión. Todos estos ejemplos intentan armar una lamentable conclusión: LOS HOMBRES ME DAN VERGÜENZA AJENA, PERO ME ENCANTAN. Dado este final estuve pensando en películas, y se me apareció en la cabeza el título BROMANCE. Para el que no sabe lo qué es, según wikipedia dice que: el bromance, es una relación no sexual pero muy cercana entre dos o más hombres. Y que explica la difícil relación de dos hombres heterosexuales que tiene mucho afecto y amor. ¿Se entiende?

Aquí les paso las películas de hombres que dan vergüenza ajena, pero que no puedo dejar de ver (¿pasa en las películas, pasa en la vida, pasa en tnt?):

I LOVE YOU, MAN (2009): con Paul Rudd, Pistol Pete y Jason Segel (marshmelow, para los amigos). Muy divertida. En esta película, justamente, se juega con el género. Paul Rudd se está por casar y no tiene un padrino, escucha a su futura mujer hablando de eso con sus amigas y decide tener ciertas citas con hombres para ver si consigue un amigo para el día de la boda.

WEDDING CRASHERS (2005): con Owen Wilson (de esto hablo cuando digo los defectos son virtudes: la nariz torcida más sexy del mundo) y el gigante Vince Vaughn. Ellos son amigos y para divertirse suelen colarse en casamientos para levantarse a mujeres. MUST. Hay que verla.

TONTO Y RETONTO (1994): con Jim Carrey y Jeff Daniels. Voy a ser honesta: hace muchos años que dejé de soportar esta película, pero cuando pensé en la consigna dos hombres que se quieren mucho, no pude dejar de agregarla.

THE HANGOVER (2009): un gran ejemplo de que el amor entre hombres puede ser más bien una orgia, ya que en este film un grupo de amigos se van para festejar la despedida de soltero de uno de ellos a Las Vegas. Cuando amanecen no recuerdan nada y uno de ellos ha desaparecido. Están por estrenar The Hangover II que promete muchísimo. De la misma onda que esta, pero bastante más mala (pero limada) esta DUDE, WHERE IS MY CAR? con Ashton Kutcher y Seann William Scott (actualmente recién salido de rehab y a punto de filmar el reencuentro de American pie con todo el casting original).

DUE DATE (2010): con Robert Downey Jr. y Zach Galifianakis. Un buen ejemplo que del odio al amor hay un solo paso.

TOP GUN (1986): ¿algo más gay que Tom Cruise? Sí, Maverick con Goose. La mejor parte es que se creen muy duros y heterosexuales, jugando con maquinaria pesada, levantándose a viejas feas, bañándose juntos en el vestuario y tirándose de las mechas con Val Kilmer. Para el que no sabe, esta película tiene la relación mas homoerótica de la historia del cine, así que a partir de acá voy a dar un par de títulos de películas que directamente se pasaron para el otro lado:

HUMPDAY (2009): dos amigos que se reencuentran después de mucho tiempo y deciden filmar para un festival de cine arte un sex tape gay pero hecho por heterosexuales, con ellos mismos. La película es genial, ídem los dos actores principales.

BATMAN & ROBIN: la pareja más gay de la historia del cine. Para todo el que en algún momento vio la serie del 70, supongo que no le quedará dudas. Para el que no, supongo que reconocerán conmigo, a Chris O’Donnell particularmente afeminado.

PLAN B (2009): película argentina con muy buena historia. A Bruno la novia lo deja y él como venganza decide intentar seducir al nuevo novio de ella, Pablo. Los chicos se hacen amigos hasta terminar confundiendo sus sentimientos. Consíganla porque vale la pena.

Y TU MAMÁ TAMBIÉN (2001): la gran dupla de Diego Luna (hoy director) y Gael García Bernal (padre de los hijos de nuestra coterránea, y hoy crota, Dolores Fonzi). Los chicos, amigos de toda la vida emprenden un viaje con una mujer mayor que ellos, donde claramente los dos le quieren dar. La historia se va a complicar y va a terminar con uno de los finales más memorables.

BROKEBACK MOUNTAIN (2005): con el fallecido y extrañado Heath Ledger y Jake Gyllenhaal. El gran caso en que el bromance pasó a ser un romance.

Mica Svido.